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Medicina basada en evidencia

 

Medicina basada en la evidencia

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Medicina basada en la evidencia es una expresión que se ha generalizado en castellano como equivalente a la expresión inglesa Evidence-based medicine (EBM). Como en inglés evidence significa datos, pruebas o indicios a favor de algo (mientras que en castellano "evidencia" significa lo que no hace falta demostrar, porque "salta a la vista"), evidence based medicine significa la medicina en la que las decisiones corresponden a un uso racional, explícito, juicioso y actualizado de los mejores datos objetivos aplicados al tratamiento de cada paciente. Por todo lo dicho, lo lógico seria no usar en castellano la expresión "medicina basada en la evidencia" (MBE). Se han propuesto expresiones como "medicina factual" o "medicina basada en datos científicos" o "medicina basada en pruebas", pero actualmente el término "medicina basada en la evidencia" es lo que más se usa.

La medicina antigua a menudo implicaba prácticas o tratamientos cuya efectividad no estaba comprobada o que, incluso, eran nocivos. Las sangrías se usaron durante siglos; los exámenes clínicos sin condiciones de asepsia generaban contagios, a menudo mortales, como la fiebre puerperal que Ignaz Semmelweis investigó; el Cordial de Godfrey, un jarabe para niños a base de opiáceos, fue una de las causas de aumento de la mortalidad infantil en la Inglaterra de la revolución industrial; la talidomida se recetó a embarazadas sin tener en cuenta sus efectos teratógenos, entonces desconocidos.

La práctica de MBE requiere la integración de la experiencia clínica individual con los mejores datos objetivos cuando se toma una decisión terapéutica. Los datos científicos más utilizados derivan de ensayos clínicos controlados, estudios de investigación secundarios, investigaciones de vigilancia farmacológica poscomercialización, metaanálisis, revisiones sistemáticas o análisis económicos.[1] Un caso reciente que muestra la necesidad de contar con los resultados de investigación en la práctica clínica es la comprobación de que los tratamientos de sustitución hormonal para los síntomas de la menopausia tienen importantes efectos adversos, aumentando el riesgo de cáncer y de enfermedad cardioavscular en las mujeres que los reciben. Por tanto, es más que dudoso que tales tratamientos deban recomendarse.

El objetivo primordial de la MBE es el de que la actividad médica cotidiana se fundamente en datos científicos y no en suposiciones o creencias. Herramientas básicas sobre las que se asienta la metodología de la MBE son la lectura crítica de la literatura biomédica y los métodos racionales de toma de decisiones clínicas o terapéuticas.[2]

Se ha criticado a la MBE por una supuesta tendencia a reducir la libertad clínica y por un supuesto sesgo utilitarista para abaratar los costes.[3]

Índice

Origen[editar]

La MBE es una de las expresiones de un antiguo movimiento de mejora de la calidad clínica, que se vio potenciado por la demostración de la falta de fundamento de muchas decisiones clínicas y de la enorme variabilidad de la práctica médica, y por la crítica a la medicina. Su desarrollo se inició en los años sesenta del siglo XX, cuando se empezó a aplicar el diseño de los ensayos clínicos al campo médico, y se desarrollaron trabajos iniciales al respecto. Sobre la falta de fundamento de las decisiones clínicas, los trabajos pioneros son de Cochrane, en 1972; de John Wennberg en 1973, son los trabajos sobre la variabilidad de la práctica clínica; y de Iván Illich y Thomás McKeown en 1976, sobre crítica a la medicina. El concepto de «basado en pruebas» lo expresó, como tal, por primera vez David Eddy en 1982. Después vendría el desarrollo explosivo de la medicina basada en pruebas, primero en un círculo restringido, en 1991, y después en todo el mundo, desde 1992, por influencia del canadiense Evidence-Based Medicine Working Group.[4]

En noviembre de 1992 el “Evidence-Based Medicine Working Group” (EBMWG), Grupo de Trabajo en Medicina Basada en la Evidencia de la Universidad McMaster en Ontario (Canadá), publicaba en la revista JAMA, el artículo titulado: Evidence-based medicine. A new approach to teaching the practice of medicine.[5] Se iniciaba la difusión de un nuevo enfoque para la práctica de la medicina. Este trabajo proponía un cambio en el modelo o paradigma del aprendizaje y el ejercicio de la medicina, y formulaba el ideario del movimiento. La MBE ha cambiado la formación médica en muchas escuelas de medicina y de disciplinas afines en el campo de la salud.

Las metodologías empleadas para determinar la mejor evidencia fueron establecidas por el equipo de McMaster conducido por los médicos David Sackett y Gordon Guyatt.

El paradigma[editar]

La MBE como método para tomar decisiones clínicas se basa en:

  • Búsqueda y hallazgo de la literatura biomédica original y relevante. Lectura crítica de la misma y establecimiento de su nivel de evidencia para interpretarla correctamente. El razonamiento fisiopatológico tradicional se considera insuficiente para tomar decisiones clínicas.
  • La experiencia clínica y el conocimiento sistemático del contexto de esa práctica.
  • Las preferencias del paciente.

El proceso[editar]

El proceso de la MBE sigue estas etapas:

  1. Formulación de una pregunta clínica clara y precisa a partir de un problema clínico dado.
  2. Búsqueda de la literatura de artículos originales relevantes y apropiados para el problema.
  3. Evaluación crítica de la validez y utilidad de los artículos encontrados (Nivel de evidencia).
  4. Aplicación de los resultados a la práctica clínica al paciente tomando en cuenta su contexto y sus preferencias.

Críticas[editar]

La medicina basada en pruebas ha aumentado el componente biológico de la actividad médica. Un énfasis dogmático en las pruebas, en los resultados de los ensayos clínicos, pasaría por alto los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del padecimiento en cuestión. El abandono se refiere a las preferencias de los pacientes, al impacto del nivel educativo y al efecto de la clase social, entre otras muchas cuestiones importantes para el paciente y para los médicos generales o de familia que creen que otra actividad médica es posible. Una actividad médica científica centrada en el paciente, que resuelva problemas sin crear otros, capaz de valorar en su justa importancia los factores de riesgo (incluso los genéticos) y evitar así la medicalización de la vida diaria.[6] [7]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Elstein AS (2004). «On the origins and development of evidence-based medicine and medical decision making». Inflamm. Res. 53 Suppl 2:  pp. S184-9. doi:10.1007/s00011-004-0357-2. PMID 15338074. 
  2. Sackett DL, Rosenberg WMC, Muir Gray JA, Haynes RB, Richardson WS. «Medicina basada en la evidencia lo que es y lo que no es». Consultado el 09-11-2007.
  3. Véanse los artículos: Grahame-Smith D: "Evidence-based medicine: Socratic dissent". BMJ 1995; 310: 1126-7; "Evidence-based medicine, in its place" (editorial). Lancet 1995; 346: 785 y "Correspondence. Evidence-Based Medicine". Lancet 1995; 346: 1171-2.
  4. Gérvas J, Pérez Fernández M. Uso apropiado de la medicina basada en pruebas, revisión de diez artículos recientes. AMF. 2005; 1(1):46-56.
  5. JAMA
  6. Gérvas J, Pérez Fernández M. Uso apropiado de la medicina basada en pruebas, revisión de diez artículos recientes. AMF. 2005; 1(1):46-56.
  7. Gol-Freixaak JM, del Llano Señarís JE. El fenómeno de la «Medicina Basada en la Evidencia». En: Millán Núñez-Cortés J, del Llano Señarís JE (directores). Ser médico. Los valores de una profesión. Madrid: Unión Editorial; 2012. ISBN 978-84-7209-583-0

Bibliografía[editar]

  • Mooney GH. Evidence Based Medicine: In Its Place. London: Routledge; 2004.

Enlaces externos[editar]